«Todavía el sábado es de Corporán»: el legado de un comunicador irrepetible

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Un fenómeno de la comunicación en República Dominicana

Rafael Corporán de los Santos no fue un hombre de grandes títulos ni de discursos elaborados. Fue un hombre del pueblo… y para el pueblo. Su historia, tejida desde la pobreza más extrema hasta alcanzar la cúspide de la comunicación dominicana, es prueba viviente de que la pasión, la autenticidad y la vocación de servicio pueden romper cualquier barrera.

Nacido un 22 de julio de 1937 en La Mata, Cotuí, Corporán vivió en carne propia la dureza de la vida. Fue limpiabotas, vendió periódicos, lavó carros, fue billetero… y en cada uno de esos oficios aprendió a hablarle al corazón de la gente. Esa calle fue su universidad, y el pueblo, su cátedra.

Su gran oportunidad llegó al obtener una beca para estudiar locución en La Voz Dominicana. Desde entonces, su voz se convirtió en un símbolo. Tenía un estilo peculiar, sin adornos, sin poses, sin complicaciones… directo al alma del oyente. Conectaba, porque hablaba con la verdad.

En los años setenta fundó Radio Popular y el Noticiario Popular, base de lo que luego sería el influyente Circuito Corporán. Pero fue en 1988 cuando rompió todos los esquemas de la televisión dominicana con su icónico programa “Sábado de Corporán”.

No era un simple show: era un fenómeno social.

Corporán convirtió la televisión en una plataforma de ayuda. Regalaba desde camas hasta cirugías, desde electrodomésticos hasta esperanza. El pueblo no solo lo veía: lo sentía suyo. Y ese estilo humanizado lo acompañaban algunos de los más grandes productores de televisión de su tiempo, quienes comprendían que estaban construyendo algo más que un programa: estaban escribiendo historia.

Con concursos, presentaciones artísticas, lágrimas, aplausos y gritos de alegría, revolucionó la televisión dominicana, creando una forma de hacer comunicación popular que aún hoy no ha podido ser igualada. A tal punto que, a más de una década de su partida, el sábado sigue teniendo nombre y apellido: Sábado de Corporán.

En 1990, la fuerza de su conexión con el pueblo lo llevó a la política. Fue electo síndico del Distrito Nacional por el Partido Reformista. Aunque su gestión fue controversial y con luces y sombras, su intención de seguir ayudando a los más vulnerables nunca cambió.

En sus últimos años, enfrentó problemas financieros y de salud. Vendió sus emisoras, su poder mediático se apagó lentamente… pero nunca perdió su esencia. Hasta el último día, Corporán fue pueblo, fue humildad, fue entrega.

Murió el 5 de marzo de 2012, a los 74 años. Pero no se ha ido. Quedó sembrado en cada madre que recibió una ayuda, en cada joven que soñó con ser artista, en cada sábado que nos recuerda que él sí supo cómo hacer televisión con el corazón.

Hoy, frente a su tumba, donde rendí homenaje, no puedo evitar pensar que su legado sigue vivo. Porque el comunicador no es solo el que habla por un micrófono; es el que toca vidas con sus palabras, su presencia y sus actos.

Y si alguien encarnó eso en cuerpo y alma, ese fue Rafael Corporán de los Santos, el hombre que, sin títulos universitarios, se rodeó de los mejores profesionales del medio y dejó una huella que ningún tiempo podrá borrar.

Porque el sábado, aunque pasen los años… sigue siendo de Corporán.

 

 

 

 

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