A Manuel Rodríguez
Querido Manuel,
Hoy me despido de ti desde la gratitud, con el corazón lleno de agradecimiento por lo que compartimos. Gracias por haber llegado a mi vida y enseñarme a amar de una manera tan pura y auténtica. Fuiste mi compañero durante ocho años, años que marcaron mi vida y dejaron recuerdos que atesoro con cariño.
Gracias por ayudarme a crecer como mujer, por estar ahí en momentos que fueron importantes y por ser esa persona especial que jugó un papel significativo en mi historia. Hay personas que llegan a nuestras vidas con un propósito claro, y aunque su tiempo con nosotros no sea eterno, dejan huellas que jamás se borran.
Entender que todo tiene un final no es fácil, sobre todo cuando se trata de dejar ir a un amor tan bonito. Pero desde la gratitud, acepto que nuestros caminos se separan y me quedo con lo mejor de lo vivido: los momentos felices, las risas compartidas, y todo lo que me ayudaste a descubrir en mí misma.
Tuvimos momentos hermosos y también otros desafiantes, pero ambos fueron esenciales para formar la mujer que soy hoy. Gracias por darme la ilusión de que aún podía amar con plenitud, por recordarme que dentro de mí sigue viva una mujer llena de amor y esperanza, capaz de soñar e ilusionarse.
Nunca olvidaré que a través de ti, Dios me permitió ver que todavía podía concebir dos bellos hijos. Aunque no pudieron nacer, los amé profundamente porque durante meses vivieron dentro de mí. Sentirlos moverse y escuchar el latido de sus corazones fue algo indescriptible, un regalo divino que llegó después de la pérdida de Ángel. Por eso, siempre llevaré en mi alma esa experiencia y el amor que me dieron esos pequeños, aunque su tiempo fue breve.
También te agradezco por haber sido un padre para mi hijo Ángel. Él te amó con respeto, y yo valoro profundamente el cariño y el rol que asumiste en su vida. Esas cosas se quedarán guardadas en lo más profundo de mi corazón, como un testimonio de lo que fuiste y de lo que significas para nosotros.
Hoy me despido desde el amor, deseándote lo mejor en la nueva etapa que comienza para ti. Que encuentres felicidad, paz y plenitud en todo lo que emprendas, porque sé que lo mereces. Aunque nuestros caminos se separan, siempre guardaré un lugar especial para ti en mi memoria y en mi corazón, donde vivirán los recuerdos de los momentos felices que compartimos.
Gracias, gracias, gracias por haber sido parte de mi vida y por todo lo que significaste para mí. Hoy cierro este capítulo con gratitud y amor, lista para avanzar hacia lo que el futuro tenga reservado para mí.
Con cariño y agradecimiento,
Ingrid Abreu