A pesar de 25 años de progreso desigual, el mundo sigue siendo un lugar violento y discriminatorio para las niñas, un estudio realizado por UNICEF, Plan Internacional y ONU Mujeres enfatiza que la violencia contra las mujeres y las niñas no solo sigue siendo frecuente, sino que es aceptada
SANTO DOMINGO,– Cada vez es mayor el número de niñas que van a la escuela y permanecen en ella, pero los grandes avances logrados en materia de educación no han contribuido a crear un entorno más equitativo y menos violento para ellas, según un nuevo informe realizado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Plan Internacional y ONU Mujeres.
“Una nueva era para las niñas: Un balance de 25 años de progreso”, es el título del informe, el cual señala que el número de niñas que no asisten a la escuela ha disminuido en 79 millones, en los últimos dos decenios. De hecho, en la última década, las niñas han tenido más probabilidades que los niños de asistir a la escuela secundaria.
Sin embargo, la violencia contra las mujeres y las niñas sigue siendo habitual. En 2016, por ejemplo, las mujeres y las niñas representaban el 70% de las víctimas de trata detectadas en todo el mundo, la mayoría de ellas con fines de explotación sexual. Es sorprendente que una de cada 20 niñas de 15 a 19 años –alrededor de 13 millones– haya sufrido un acto de violación en su vida, una de las formas más violentas de abuso sexual que pueden sufrir las mujeres y las niñas.
Según el estudio, en República Dominicana, el 22% de las niñas o adolescentes que han estado o están en pareja han experimentado violencia física o sexual por sus parejas íntimas en los últimos 12 meses. Asimismo, indica que en el país el 11% de las adolescentes de 15 a 19 años que sufrieron sexo forzado busca algún tipo de ayuda profesional.
Este informe mundial, presentado hoy, destaca el testimonio de Marelin, una dominicana de 19 años: “Si le das a una chica la educación sexual integral que necesita, cuando crezca, podrá tomar una decisión informada sobre con quién tener relaciones sexuales y cuándo. Y si alguien trata de abusarla o explotarla sexualmente, podrá reconocer lo que está sucediendo y exigir sus derechos.”
La Directora Ejecutiva de UNICEF dijo que “hace 25 años, los gobiernos del mundo asumieron un compromiso con las mujeres y las niñas, pero solo han cumplido parcialmente su promesa. Aunque la comunidad internacional ha demostrado la voluntad política necesaria para enviar a muchas niñas a la escuela, ha fracasado vergonzosamente a la hora de dotarlas de las aptitudes y el apoyo que necesitan no solo para labrarse su propio futuro, sino para vivir con seguridad y dignidad”. Además, agregó que “el acceso a la educación no es suficiente, debemos también cambiar los comportamientos y las actitudes hacia las niñas. La verdadera igualdad solo llegará cuando todas las niñas estén a salvo de la violencia, sean libres de ejercer sus derechos y puedan disfrutar de las mismas oportunidades en la vida”.
Las niñas de hoy en día corren un riesgo alarmante de sufrir violencia en todos los entornos –tanto en línea como en el aula, el hogar y la comunidad–, lo que conlleva consecuencias físicas, psicológicas y sociales. El informe señala que las prácticas nocivas como el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina siguen perturbando y dañando las vidas y el potencial de millones de niñas en todo el mundo.
En República Dominicana el 36% de las mujeres de 20 a 24 años estaba casada o unida en pareja antes de los 18 años y un 12 % antes de los 15 años de edad.
“Las niñas adolescentes, en particular, sufren una mayor discriminación como resultado de su edad y género. También siguen estando marginadas en sus comunidades y en los espacios donde se toman las decisiones, y son en gran medida invisibles en las políticas gubernamentales. El empoderamiento de las adolescentes produce un triple beneficio social: para las niñas de hoy, para las adultas en las que se convertirán y para la próxima generación de niños y niñas. Si no lo comprendemos y no ponemos fin a la discriminación a la que se siguen enfrentando las niñas en todo el mundo, tendremos pocas posibilidades de alcanzar las ambiciones de igualdad de género establecidas en la Agenda 2030”, confirma la Directora General de Plan International, Anne-Birgitte Albrectsen.
De igual manera, las niñas también siguen corriendo un alto riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, ya que 970,000 adolescentes de 10 a 19 años de edad en el mundo viven actualmente con el VIH, en comparación con las 740,000 que había en 1995.
“Desde la Conferencia de Beijing en 1995, cuando surgió un enfoque específico sobre los temas relacionados con las niñas, hemos escuchado cada vez más a las niñas hacer valer sus derechos y pedirnos cuentas. Sin embargo, el mundo no ha cumplido con sus expectativas en cuanto a la erradicación de la violencia contra ellas y sus esperanzas de independencia económica”, dijo la Directora Ejecutiva de ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka.
Estos resultados deben poner en alerta al mundo, y por esto se pide la adopción de medidas en las siguientes esferas:
Celebrar y ampliar las oportunidades para que las niñas de todos los orígenes geográficos y éticos, y niveles de ingresos y de condición social, se muestren audaces y ambiciosas para convertirse en agentes en favor del cambio y en creadoras de soluciones, aportando sus voces, opiniones e ideas en diálogos, plataformas y procesos que se relacionen con sus cuerpos, sus comunidades, su educación y su futuro.
Aumentar las inversiones en políticas y programas para ampliar los modelos prometedores que aceleran el progreso para las adolescentes y con ellas, en consonancia con la realidad del mundo actual, incluido el fomento de sus aptitudes para la cuarta revolución industrial y un movimiento generacional para poner fin a la violencia de género, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina.
Aumentar las inversiones en la producción, el análisis y la utilización de datos e investigaciones de alta calidad desglosados por edad y sexo en esferas en que los conocimientos son limitados, como la violencia de género, la adquisición de aptitudes para el siglo XXI, la nutrición de las adolescentes y la salud mental.
Fuente: SaludNews