El politico criollo debe ser desterrado por una nueva generación de ciudadanos comprometidos con su gente, su pueblo, su país.
Autor: Luis Collado abogado y analista politico
El politico dominicano , en su generalidad, es un animal que no aspira a contribuir con la mejoría de su entorno, anteponiendo el interés común y las prioridades nacionales sobre sus apetencias particulares; por el contrario, su praxis esta marcada por el culto a su propia persona, sin que los demás tengan relevancia.
Su concepcion no se caracteriza por una practica del cristianismo en su expresión primitiva donde todos los asuntos se resolvían con la participación colectiva de sus miembros , repartiendo y distribuyendo los bienes de cada uno de los integrantes y aspirando a que los peces y los panes fueran multiplicados para que cada uno de los que , por una razón u otra, seguían a Jesus, pudieran satisfacer sus necesidades.
El politico criollo, en su generalidad, se caracteriza por promover la cultura de la pobreza, la distribución de la miseria, sembrar el hambre, el analfabetismo, la inseguridad social y ciudadana, sin importarle la suerte del prójimo o su connacional, con una clara indiferencia ante la reproducción de la miseria y las políticas socioeconomicas y culturales para ir gradualmente afrontando esta y permitir que las personas tengan mayor nivel de salud, educación, libertad financiera, seguridad social y tranquilidad ciudadana.
En esa medula espinal, en aquella sangre roja, valga la redundancia, entiéndase del politico criollo, esta latente la cultura del lambonismo, la depredacion de la dignidad humana, la amnesia y hasta la burla de aquellos que se unieron a una causa, que solo fue la excusa perfecta para agenciarse el apoyo de un grupo de ingenuos que creyeron que los grandes seres humanos y pensadores de la humanidad se multiplican como las hojas en las ramas de los arboles; obviando que esos Gigantes son personas excepcionales que decidieron ponerse por encima de su naturaleza humana, cargada de defectos, vicios y falencias, muy pocas virtudes, por cierto.
Es justamente, ahí, donde la sociedad dominicana y, quizás, la latinoamericana, tengan que hacer un mea culpa considerando que en la mayoría de los casos han escogidos depredadores politicos y no servidores públicos, ni entes que valoren sus programas de gobierno, las relaciones primarias, su equipo de trabajo y los aportes de ciudadanos comprometidos con la construcción de una sociedad mas justa y donde prevalezca el bienestar general de manera integral.
Debemos promover el cambio de valores y en la conducta politica de aquellos que promueven el grupismo partidario y el despilfarro publico de manera indolente; y, para colmo, en detrimento de las prioridades de un pueblo.
El criterio de Gobierno ni el de Oposición pueden fundamentarse en una campana donde lo que se persigue es un te quito a ti para ponerme yo, ni para ver quien exprime las tetas del Estado.
Los indolentes no deben estar en ninguna funcion publica ni en organización politica de especie alguna, pues son como epidemias o parásitos, que se reproducen y terminan devorando dichas instituciones publicas, organizaciones politicas o los gremios y asociaciones , legitimando sus vicios y carencias humanas a expensas del bienestar comun.
@abogadoLCollado