Eres como el mar: cambias con la luz del día y la calma de la noche, pero siempre conservas una profundidad que atrapa. De día, te lanzas al agua buscando energía y movimiento, dejando que cada ola refresque tu espíritu libre. De noche, encuentras magia en el horizonte y en el silencio, disfrutando el paisaje con la serenidad de quien sabe contemplar.
La música que llevas dentro es balada pop y romántica, suave pero intensa, con letras que se entrelazan con tu forma soñadora de sentir. Y en tu mano, una copa de vino o whisky: símbolo de tu gusto por lo elegante, por lo que se disfruta lento y se saborea.
Pero más allá del encanto y la sensibilidad, en ti habitan la fuerza y la resiliencia: dos cualidades que te hacen capaz de sostenerte en medio de la tormenta y renacer de cada reto con más determinación. Eres una mezcla de romanticismo y carácter, de dulzura y temple, de brisa y roca.
En ti conviven la calma de una playa nocturna y la potencia de un mar que nunca deja de moverse.
Desnudando el corazón. Ingrid Abreu