La OMSA y el vaso de agua envenenado: el verdadero veneno está en la política sin ética

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Opinión Escrita por Ingrid Abreu

Las recientes declaraciones del director de la OMSA, Radhamés González, más que una queja institucional, son un grito desesperado de lo que parece una administración secuestrada por el caos, el miedo y la desconfianza.

“Yo tengo empleados en la OMSA, que los nombré yo, que me regalan un vaso de agua y yo no me la tomo porque pueden envenenarme”, dijo González sin titubeos. ¿Qué nivel de toxicidad interna debe existir en una institución pública para que su principal autoridad tema por su vida frente a su propio equipo?

Esta no es solo una frase desafortunada. Es el reflejo de la podredumbre política que se vive no solo en la OMSA, sino en múltiples instituciones del Estado dominicano, donde en vez de servidores públicos tenemos soldados políticos infiltrados en busca de cuotas de poder y agendas personales. En vez de gestionar, se conspira. En vez de colaborar, se sabotea.

Lo más preocupante no es que el director tema por su seguridad, es que reconoce abiertamente que los que trabajan con él son en su mayoría enemigos internos, miembros del propio PRM, partido que lo llevó al cargo. ¿Cómo podemos hablar de gobernabilidad cuando lo que impera es la traición, el fuego amigo y el apetito electoral precoz rumbo al 2028?

La Oficina Metropolitana de Servicios de Autobuses debería estar enfocada en mejorar la calidad del transporte público, en optimizar rutas, en dar un servicio digno a los ciudadanos. Pero no. Hoy, lo que se discute es si el director puede o no tomarse un vaso de agua sin sospechar que está envenenado. Literal y simbólicamente.

Esto no es una serie de Netflix, es la vida real. Y en esta tragicomedia política, los más afectados son los ciudadanos que pagan impuestos para mantener instituciones que hoy operan al borde de la paranoia y la traición.

Si hay temor dentro de la OMSA, si hay conspiración, si hay guerra política interna, ¿dónde están los mecanismos de control? ¿Dónde están las altas instancias del PRM? ¿Dónde está el gobierno central? Porque si no se pone orden ahora, más temprano que tarde, esa oficina de «servicios de autobuses» podría convertirse en la oficina de escándalos del Estado.

No se trata solo del vaso de agua. El verdadero veneno es una política sin ética, sin propósito, sin visión. Y si no se cura pronto, terminará intoxicando a todo un país.

 

 

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